Aprovechando el debilitamiento del imperio romano, surgieron principalmente en la Galia y en Hispania unas bandas organizadas provenientes de diferentes sectores de la sociedad, tales como, desertores de ejércitos, agricultores arruinados, esclavos huidos, etc, que saqueaban pueblos y ciudades. Iniciaron rebeliones y se convirtieron en un problema muy serio para el imperio romano. Como podéis imaginar, estas rebeliones bagaudas se vieron favorecidas por las incursiones bárbaras, aprovechando el descontento de una sociedad hacia sus gobernantes, que les ahogaban a impuestos e iban favoreciendo la aparición de una sociedad prefeudal más injusta e improductiva. Todo esto era parte del caldo de cultivo perfecto para la decadencia del Imperio.
